martes

Y ahora... ¡ 255 euros más de hipotéca!

Según los útlimos datos, el euribor posiblemente cierre el mes de enero en torno al 1,84% lo que lo convertiría en el nivel más bajo desde febrero de hace un año. Pese a ser el sexto descenso que se produce en el euribor, las familia y empresas que revisen sus hipotécas se verán en una situación de incremento y desembolsarán mayor cantidad que el ejercicio del año anterior.

Como consecuencia de las políticas llevadas a cabo por el Banco Central Europeo, el euribor está relajando los tipos de interes y comienza a caer. Entre las decisiones tomadas por este organismo se encuentra la de llenar de liquidez la banca para de esta forma impedir que las entidades sufrran colapsos por falta de fondos.

A modo de conclusión vemos que ll índice interbancario cae hasta el 1,84%, el nivel más bajo del último año pero por el contrario las hipotecas se encarecen 255 euros más a partir de este mes.
La reacción de EE.UU frente a WIKILEAKS
 250000 documentos publicados a través de Wikileaks, han desatado una gran polémica y un gran debate a nivel mundial, la información aportada ha puesto al  descubierto asuntos de espionaje, maniobras y hasta asuntos de corrupción que apuntan a líderes mundiales como Putin, Ahmadineyad, Sarkozy, Merkel o Berlusconi y sus relaciones con Estados Unidos.
El Pentágono y el Departamento de Estado han reaccionado airadamente ante la publicación de los cables, y ha calificado de "irresponsable" la filtración, por "poner vidas en peligro". Wikileaks ha desatendido las advertencias formuladas en este sentido por los abogados de la cartera dirigida por Hillary Clinton y ha garantizado la divulgación de los documentos. Como sucedió en anteriores filtraciones, los documentos han sido difundidos a través de diversos medios internacionales; en este caso 'Der Spiegel' (Alemania), junto con 'El País' (España), 'Le Monde' (Francia), 'The Guardian' (Reino Unido) y 'New York Times' (Estados Unidos).
La Casa Blanca ante lo sucedido comunica “que lo único que consiguen estas revelaciones es poner en peligro la seguridad mundial”. Por su naturaleza, indica que los informes diplomáticos a Washington son "información franca y a menudo incompleta", que no representa necesariamente la política de EE UU ni tampoco "forja las decisiones políticas definitivas".La publicación de estos documentos puede poner en peligro las conversaciones privadas con Gobiernos extranjeros y líderes de la oposición, a la vez que puede tener un profundo impacto no sólo en los intereses de EE UU en política exterior, sino también entres sus aliados y amigos en todo el mundo.
Estas revelaciones según el comunicado enviado por la Casa Blanca "ponen en peligro a nuestros diplomáticos, profesionales de los servicios secretos y la gente de todo el mundo que viene a EE UU en busca de ayuda para promover la democracia y un Gobierno abierto".
 La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, considera que la filtración de dichos documento  no es sólo “un ataque a la diplomacia de Estados Unidos, sino a la comunidad internacional”. Estados Unidos ante la situación condena firmemente la publicación ilegal de información clasificada, debido a que muchos de los documentos publicados ponen en peligro la vida de muchas personas, la seguridad del país y socava los esfuerzos para trabajar con otros países. Clinton, ha señalado que Estados Unidos “condena profundamente la publicación de cualquier documento cuya intención fuera confidencial, incluidas discusiones privadas entre los socios, o las declaraciones y observaciones personales de nuestros diplomáticos”. La secretaria ha  destacado que la política exterior estadounidense se hace en Washington y no se fija en base a estos mensajes. “Nuestra política es un asunto público, como se demuestra en nuestras declaraciones y en nuestros actos en todo el mundo”.
El Departamento de Estado tras la situación va a adoptar nuevos protocolos de seguridad en el Departamento de Defensa y otros Departamentos para proteger la información que provee su Departamento para que  no se vuelvan a repetir. La Casa Blanca ha considerado “peligrosa y temeraria” la filtración por Wikileaks y por ellos tomará cartas en el asunto. Ya que de los 25000 documentos, unos 11.000 estaban clasificados como “secretos” y otros  9.000 estaban considerados como “noforn” (material considerado demasiado delicado) como para compartirlo con otros Gobiernos.
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha declarado que apoya a un gobierno responsable y abierto, no sólo en su país sino en todo el mundo y la filtración "es contraria a esas metas", y por ello "Condenamos en los términos más duros la divulgación no autorizada de documentos clasificados y de información de seguridad nacional delicada", concluye la Casa Blanca.



1929 año de floreciente prosperidad, terminaron en catástrofe, surge la mayor caída en la historia de la bolsa. Los inversores novatos habían pedido grandes cantidades de dinero para especular en el mercado. El mercado decae bruscamente y mucha gente se ve arrastrada con él. Después, miles de bancos quebraron y millones de personas lo perdieron todo.

El crac del 29

El aumento de la demanda de acciones y su consiguiente subida de cotización, dio paso a lo que se conoce como una burbuja especulativa. Donde las cotizaciones se basaron en una demanda cada vez mayor de las acciones, provocada por el convencimiento de los inversores de que cuanto antes compraran mayor sería la ganancia. Muchos inversores se endeudaron para adquirir más, convencidos de que podrían hacer frente a los pagos si vendían las que poseían, en gran parte compradas a crédito. Mientras el precio de las participaciones mantuvo su tendencia al alza, la euforia continúo, aunque las cotizaciones dejaron de tener relación con los beneficios de los empresariales.

El 24 de octubre de 1929, el convencimiento de que los precios de las acciones no iban a seguir subiendo permanentemente, provocó una oleada de ventas que se transformó en le jueves negro de las historia de  Estados Unidos. Esa mañana hubo grandes caídas en la bolsa, los valores empezaron a decaer de golpe. Se creo el pánico, las ventas se impusieron, provocando una caída en picado de los precios de las acciones y reduciendo drásticamente la riqueza de muchos inversores. La gente sorprendida por lo que estaba pasando, miles de persona se congregaron alrededor del edificio.

Se iniciaba en Estados Unidos un largo periodo de depresión económica que posteriormente sería exportada a otros países. El crac provocó reacciones en cadena que ahondaron la depresión de Estados Unidos. Las quiebras bancarias generaron nuevas quiebras comprometiendo la capacidad del crédito y la confianza de los depositantes, a la par que se favorecía el atesoramiento de oro y billetes y se paralizaban los mecanismos de inversión. El descenso de los precios redujo el poder de compra de vendedores y productores mientras que los compradores se mantenían a la expectativa.

Los principales factores que influyeron en la recesión económica de Estados Unidos fue la falta de recursos monetarios para hacer frente al pago de las deudas, la llamada crisis de liquidez y la caída del consumo, ante el convencimiento de que se avecinaban tiempos difíciles. Así entre 1929 y 1930 muchas empresas fueron a la quiebra viéndose obligados a cerrar sus puertas, y ello hizo aumentar el número de parados, que pasó de 1,3 millones a 4.3. Más de 4000 bancos desaparecieron, millos de familias se arruinaron, mientas miles de empresas quebraron. Aunque los primeros efectos del crac se exportaron de inmediato, fue en 1931 cuando el grueso de la crisis estalló a escala mundial.

Biografía: Bahamonde Magro, Ángel, El crac de 1929: la crisis asola el mundo.









    EL CINE Y LA GUERRA FRÍA
El concepto de guerra fría viene por primera vez utilizado en 1947 cuando Walter Lippmann publicó un libro titulado, “La guerra fría”, en el que explicaba la política exterior de los Estados Unidos. Desde este momento se ha utilizado el concepto para reflejar las relaciones internacionales en los últimos cuarenta años. Se entiende por ese concepto la tensión política y militar después de la II Guerra Mundial y los tratados de Yalta y Postdam tras la repartición de las fronteras y las tierras que serían ocupados por los aliados y los rusos.

Aunque hubiesen muchas tensiones se evito la confrontación generalizada y se resolvieron por casos localizados como la guerra de Vietnam o la guerra del Golfo. También se explica esta época por la creación y la oposición de dos modelos de vida o de visión de la sociedad: por un lado el modelo capitalista estadounidense y por otro lado el modelo comunista ruso. Lo importante de esta guerra o de este conflicto permanente es que ha perdurado casi durante cuarenta años y que además del ámbito político o militar el resto de la sociedad se ha visto afectado por ella: la literatura, el arte y el cine han evolucionado influenciados por la situación de tensión que hubo en el mundo.
Precisamente el cine ha sido uno de los mejores representantes de la lsociedad de estos años. Un cine afectado por la guerra localizada, la carrera espacial o la lucha por las armas nucleares. Todas las películas filmadas desde los cincuenta hasta los noventa han sido el ejemplo y unas referencias para generaciones enteras. El Planeta de los Simios, Godzila o Star Wars son clásicos del cine fantástico y de ciencia ficción. Estos géneros se desarrollaron en esta época en los dos bloques.           Por lo tanto la guerra fría ha sido un tema que ha inspirado los cineastas. Ha permitido el desarrollo de nuevas técnicas, las cuales han hecho que la imaginación o la ilusión se acerquen cada vez más a la realidad.

La guerra fría y los bloques:
El impacto de la posguerra ofrece cambios importantes, con notables repercusiones en el ámbito cinematográfico. Dentro de la sociedad americana se contempla un desarrollo desmesurado de los criterios conservadores, aplicados a todo el entramado sociopolítico, desde el universitario  hasta la política exterior, pasando por el literario, el cinematográfico…es el momento de máxima expansión del American Way of Life. Este conservadurismo exacerbado tuvo dos manifestaciones inmediatas: una fue de índole internacional, la guerra fría y la otra, interna, la caza de brujas.

Se sitúa en el arranque de la proclamación de la doctrina Truman de ayuda económica y militar a los países amenazados por el comunismo, el 12 de marzo de 1947, encarnada inicialmente en el Plan Marshall de ayuda económica y alianzas tendentes a lograr el aislamiento del bloque marxista y que posee también su vertiente cinematográfica. Desde el primer momento las diversas instancias de la industria del cine contribuyeron en estas preocupante y obsesiva lucha contra el comunismo. Hay algunas películas que son claramente modélicas de esta situación, como el caso de El telón de acero (1947), dirigida por William A. Wellman, en la que los rasgos definidores del momento político quedan explicitados de manera excelente. Otra de las películas es El Danubio Rojo de Henry hathaway.
Dentro de las obras norteamericanas, que prestan y abordan el tema comunista en estos años a la vez se pueden dividir en tres bloques: películas de espías, que siguen bastante los planteamientos típicos en estos tipos de filmes, El FBI de Herry Hopper y Cita a las once de Alfred Werker ambas de 1952. En segundo lugar, obras sobre la penetración del Partido Comunista dentro de la sociedad estadounidense, presentándolo con una excesiva simplificación, cabe destacar: The Red Menace,1949 de R.G.Sprinsteen o Mi hijo Jhon de leo McCarey en 1952. Por último, se encuentras las obras que plantean acontecimientos de diversos tipos en el contexto de la guerra fría en el exterior de Estados Unidos, como Destino Budapest de Robert Parrish, 1952, Fugitivos del terror rojo de Elia Kazan, 1953.

Esta tensión encontró eco en el mundo soviético, por medio de varias tendencias propagandísticas, encontramos una clara exaltación del pueblo soviético, como aparecía en la obra de Mijail Chaureli, La caída de Berlín, 1949, o un cierto pacifismo en la resolución de los problemas internacionales. Mientras los rusos se apoyan en los antifascistas para reconstruir Alemania, los americanos incorporan a sus filas a los nazis reconvertidos. También adquieren especial significación los ataques contra Estados Unidos, que se desarrollan sobre todo en el paso de los años cuarenta a los cincuenta con obras como Susski vopros (la cuestión rusa, 1947) de Mikhail Romm, y en la que un periodista americano se ve cómo se hunde su carrera al negarse a participar en una campaña antisoviética. Otra de ellas es Soud Tchesti (Tribunal de honor, 1948) de Avram Room, en la que se ataca el cosmopolitismo y se defiende la superioridad de la ciencia soviética frente a la de otros países.

La caza de brujas:
 La segunda manifestación de este mundo de posguerra se evidencia dentro del ambiente estadounidense en la denominada “caza de brujas”. Los antecedentes de esta situación se remontaban a los últimos años de la década anterior, cuando en 1938 nace en el Congreso la Comisión Dies, Comité de Actividades Antiamericanas. Este organismo tuvo repercusiones posteriores, sobre todo a través de la Ley Hatch, sobre prohibición a los funcionarios federales de ser miembro de organizaciones que persigan la destrucción de la forma constitucional del gobierno, y la Ley Voorhis, referente a la obligación de inscribirse en un registro vigente para las organizaciones de fiscalización extranjera. 
Los momentos más virulentos de la actividad del Comité tienen en efecto desde los años de la posguerra mundial, hasta la década de los años cincuenta. Habrá dos situaciones puntuales y general de maccarthismo (termino que simboliza  la preocupación anticomunista en el seno del país). Será en el año 1947 cuando se ve iniciar las actuaciones del Comité presidido por el parlamentario de New Jersey, J. Parnell Thomas, que se centran en la incidencia del partido comunista y la ideología consiguiente en los distintos  niveles de la industria de Hollywood.

Bajo esta perspectiva se realiza una serie de citaciones a declarar ante el Comité que sirven para decantar las posturas dentro de la gente del cine. Un grupo de cineastas se niegan a reconocer la legitimidad a este elemento parlamentario para investigar aspectos personales que desbordan sus atribuciones. Tras la negación el comité decidió condenarlos a un año de cárcel. Tal sanción recae sobre el grupo de los famosos, formado por los guionistas John Howard Lawson, Albert Matz, Ring Lardner jr, Dalton Trumbo, Alvah Bessie, Samuel Orniz y Lester Cole, el productor Adrian Scott y los directores Edward Dmytryk y Herberte J. Biberman, que quedaron constituidos desde aquel momento como un claro ejemplo de la defensa de la libertad de pensamiento y expresión.

En 1951 y 1952 se produce el segundo momento álgido de esta búsqueda de antinorteamericanos dirigida por ahora por la comisión presidida por el parlamentario John S. Wood. Esta Comisión cambió de táctica, actuando de manera menos estridente y llamando a declarar a un gran número de personas. De esta manera surgieron las “ listas negras”, término con el que se indican las relaciones confeccionadas por la propia industria del cine que incluyen aquellos profesionales que han sido denunciados por su implicación con el comunismo y a quines, a partir de ese momento, se les impide el trabajo de manera libre, como lo ejercían hasta entonces. Las “listas negras” trucaron  muchas vidas dedicadas al cine, pues durante una serie de años personas de ejecutoría reconocida en sus distintas profesiones, tuvieron que dejar de trabajar o hacerlo de manera oculta recurriendo a seudónimos o tapaderas, como sucedía en la firma de guiones cinematográficos. Otros como Joseph Losey, Jules Dassin , John Berry, Charles Chaplin, abandonaron temporalmente Estados Unidos ante las duras condiciones psicosociológicas que encontraban en el país para trabajar a su gusto.

Pero, a fin de establecer una visión completa de lo sucedido en aquel periodo, conviene tener en mente la reacción similar, aunque de signo contrario, en el otro polo de la guerra fría y política de bloques: la Unión Soviética. También aquí se percibe el férreo controlo por parte de la Administración sobre le mundo de la producción cinematográfica, en concreto del Partido Comunista, como se muestra en la conocida crítica realizada en Pravda en 1946 contra películas como Ivan el terrible de Eisensteins. Al final de la década de los cuarentas se produce la llamada campaña contra el cosmopolitsmo, entendido como el deseo de socavar las raíces del orgullo nacional. Se intenta una cierta depuración y ataque contra realizadores mediante argumentos diversos y muy inconsistente, y viendo en todas partes enemigos del régimen.

La ciencia ficción, cine fantástico y Apocalipsis nuclear

El cine, ya sea en los dos bloques, ha sido el protagonista en la hora de representar la sociedad. Es también en este contexto de carrera espacial y de armas nucleares que se han desarrollado películas de nuevos géneros como el de ciencia ficción, cine fantástico y de Apocalipsis nuclear. Es importante subrayar que no existe un limite muy firme entre estos géneros así como con el cine de terror. Estos géneros (y sobre todo el temor al ataque nuclear) han sido la consecuencia, por una parte de las bombas que los norteamericanos lanzaron en Hiroshima y Nagasaki, y por otra parte de la carrera que se llevó a cabo por los dos bloques por tener misiles nucleares y bombas atómicas.

La gran mayoría de las películas de ciencia ficción correspondían a un realismo no muy lejano del presente sobre un hipotético futuro. Las posibilidades del futuro del planeta se construían por lo general sobre las bases del presente. El objetivo de los cineastas era seguir una cierta lógica en la sucesión de los acontecimientos. En los años 50 este genero se centro en desarrollar otros temas, ya no relacionados con cuestiones enfermizas o legendarias, sino con miedos colectivos relacionados con la ciencia y la tecnología. Los largometrajes sobre el terror, en los que solían aparecer extraterrestres, simbolizaban temores de índole política.

Una de las películas con más éxito es Ultimátum a la Tierra de Robert Wise (1950),  poco típica de esta época puesto que el alien solía ser el enemigo invasor. En ella se presenta al extraterrestre como un ser responsable que llega a la tierra en la que los ensayos nucleares ponen en peligro a toda la galaxia.

The day the Earth Caught Fire de Val Guest. (1961) es otra apuesta cinematográfica (se mezcla el genero de ciencia ficción con el de Apocalipsis nuclear), en la que viene reflejado el miedo y la psicosis que puede provocar la lucha por las armas nucleares: unos ensayos hechos por americanos y soviéticos provocan la desviación del órbita de la Tierra y el planeta se va aproximando al Sol.

Además de estas películas basadas en una cierta racionalidad, se empezó a desarrollar otro fenómeno: el cine fantástico.

El cine fantástico viene marcado por la literatura del siglo XIX, dónde Jules Verne fue uno de los grandes escritores de este genero. Los cineastas utilizaron la nuevas herramientas de imagen y sonido para llevar la imaginación fantástica al cine. En este genero se puede apreciar un abanico de fenómenos sobrenaturales o extrañas maquinas futuristas como platillos volantes de galaxias lejanas o robots.
                                                   
En cuanto al cine de Apocalipsis nuclear la primera película que se podría mencionar sería Cohete K-I, dirigida por Kurt Neumann en 1950. Se trata de un largometraje de pequeño presupuesto, que como la mayoría de las películas narraba la llegada de unos astronautas a Marte y descubren que el uso incontrolado del arma atómica acabó con una civilización evolucionada.

La Jetée, del director francés Cris Marker, es una apuesta futurista en la que se destaca la utilización de imágenes en blanco y negro para la grabación de la película. Una técnica muy frecuente en los documentales franceses, con voz en off, de la época. Aún así, se insiste en la situación tensa en la que se vive, puesto que el tema trata de una terrible Apocalipsis nuclear.

El Planeta de los Simios (1968), de Franklin Schaffner es sin duda una de las películas más llamativas de esta época así como la de Terminator (1984), de James Cameron, dónde se nota que el miedo al ataque nuclear perdura todo lo largo de este conflicto.


Hollywood Rojo: memorias de un guionista soviético

Mucho antes de que el capitalismo y el comunismo quisieran dominar el mundo, en la industria de cine norteamericano nosotros, los rusos, gozábamos de un gran interés por parte de Hollywood. Realizábamos películas con plena libertad. Nuestro objetivo: transmitir la causa comunista, por lo que la gran pantalla conformaba una espectacular herramienta. Queríamos enseñar al mundo que nuestras ideas ayudarían a formar mejores personas, y demostrar que el “american way of life” estaba obsoleto y lleno de gente inculta. Sin embargo, nuestra situación cambió radicalmente al finalizar la Segunda Guerra Mundial, pero sobre todo a la fuerte tensión que se generó entre la Unión Soviética y EE.UU.
A partir de este momento, se desató una oleada de histeria en las estructuras de Hollywood. La llamada “Guerra Fría” significaba la lucha constante por el poder entre las dos superpotencias del momento: EE.UU. y la URSS. Los que formábamos parte del colectivo soviético sabíamos que nuestro país quería extender el comunismo hasta los confines del mundo, y que los norteamericanos querían frenar nuestras intenciones pero sobre todo, reducir nuestra influencia dentro de su propio país. Es en este punto donde realmente nos vimos seriamente afectados.

Estados Unidos tenía pánico a la presencia comunista en el mundo del cine. No es para menos, y es que éramos 300 los afiliados al Partido Comunista, de los cuales un 50% lo formábamos guionistas y un 20%, actores. De ahí que las medidas antisoviéticas estuviesen a la orden del día. Para reducir nuestro colectivo, el Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso creado en 1938,  comenzó toda una persecución contra nosotros a comienzos de los años 50. Ellos sabían que el mundo del celuloide poseía un poder de influencia muy grande entre la sociedad norteamericana.

Sin embargo, lo que más le importaba a ellos, no era nuestra presencia en sí, sino el daño que podría causar la extensión del comunismo por todo el país. No obstante, el Comité de Actividades Antiamericanas ya se encargó especialmente de purgar a todos aquellos que pudiesen ser asiduos a nuestra causa. Tanto yo como nuestros camaradas sufrimos persecuciones en toda regla, una auténtica “caza de brujas” como se empezó a denominar aquí. Muchos de nuestros derechos más personales se vieron vulnerados al tener que someternos a duros interrogatorios obligándonos a declarar acerca de nuestra ideología. Además, este hecho no quedó impune y años más tarde, presidentes estadounidenses como Reagan o Eisenhower reconocieron el juego sucio que había llevado a cabo el cine de Hollywood.

Lo peor de todo llegaría con la oleada de producción de películas de índole anticomunista que invadió a Hollywood. Estados Unidos en su afán por reprimir ante todo la expansión rusa por el mundo, no escatimó en intentar demostrar a toda la faz de la tierra, el gran peligro que representábamos. Llegamos a convertirnos en los malos del cine. Películas como “El Telón de acero” de William Wellman supusieron un claro ejemplo de las intenciones americanas. Esta producción fue la primera que salió de las entrañas de Hollywood para alertar a la población de la gran amenaza comunista que acechaba no sólo a Norteamérica, sino también al resto del mundo.

En realidad, el objetivo de esta película como de otras tantas que se proyectaron era ofrecer únicamente una perspectiva americana de aquel conflicto contra los soviéticos. Además, desde mi punto de vista, EE.UU. utilizó el cine nada más que para justificar de manera moral la tensión con el frente comunista.


Jamás Abandoné



He buscado la belleza
Y la he encontrado al fondo en la simplicidad
He buscado en mi pasado porque
Ahí dijeron que está la verdad
Se que en esencia predomina el bien
Y en él confío como los demás
Y en esta noche ahora te diré…

Que yo jamás
Dejé de quererte a ti
Yo jamás,
Pude negarme a ti…
Jamás abandoné…

EL ACCESO MUNDIAL A LA ENERGÍA
El consumo de energía en el mundo ha aumentado desde 1992 y se prevé que aumentará a un índice del 2% anual hasta 2020. En cambio, un tercio de la población carece de fuentes de energías básicas.
Ante la situación; en la última Cumbre de Johannesburgo celebrada en 2002, los 190 países asistentes se vieron obligados a analizar y plantear propuestas para solventar el problema del considerado consumo energético en los países desarrollados y de la escasez de recursos de energía en los países en vía de desarrollo. El agua, la energía, la salud pública, la biodiversidad y la agricultura fueron los temas principales de esta Cumbre.
¿QUÉ DATOS APORTARÓN?
- En Asia meridional y sudoriental, unas 2.000 millones de personas utilizan madera y otra biomasa para obtener energía.
- En África subsahariana, más de 500 millones de personas dependen de la leña como fuente de energía.
- El 20% de la demanda mundial actual de petróleo y gas se encuentra en Asia.
- El abuso de fuente de energía primaria (combustibles fósiles) provocaría en el mundo un aumento anual de aproximadamente el 2%, el consumo se duplicaría en 2035, y se triplicaría en 2055, provocando graves alteraciones en el medio ambiente.
- El 95% de la energía consumida por el transporte se obtiene del petróleo y se prevé que el índice de aumento será del 1,5% por año en los países desarrollados y del 3,6% en los países en desarrollo.





  
     ¿QUÉ MEDIDAS SE HAN PLANTEADO?
- Aumentar las fuentes de energía renovable en la producción y el consumo de energía.
- Reducir a la mitad la población sin agua y saneamiento para 2015.

- Diversificar la oferta de energía mediante tecnologías menos contaminantes y más eficientes.

- Mejorar el uso de los combustibles como el gas natural, en las zonas urbanas e industriales.

- Promover los sistemas de transporte colectivo.


lunes

Soy joven, adios España...

Se acabó el trabajo. Llegó el desempleo y más del 45% de los parados son jóvenes a pesar de ser la generación más preparada. Hoy día el 39% de los españoeles que se encuentran entre 25 y 35 años tiene un título universitario o de FP de grado superior.


Pero trístemente esto es insuficiente para encontrar trabajo a corto plazo y que sea digno. Ante este panorama los jóvenes españoles lo tienen bastante claro: Ni hay salida ni hay trabajo para tanto desempleado. La paradoja surge en la juventud que es la generación más preparada. Las previsiones de la OCDE estiman que se tardará unos 15 años en reducir la tasas de paro a los niveles anteriores al 2008. ¿Qué hacer entonces? La juventud española lo tiene claro: el 68% quiere marcharse al extranjero, bien por un tiempo determinado (36%) o sin perspectivas de regreso (32%), el caso es marcharse y buscar una salida laboral digna.

Así lo pone de manifiesto la encuesta del Eurobarómetro sobre la movilidad juvenil publicada este mes, a partir del resultado de entrevistas telefónicas realizadas entre el 26 de enero y el 4 de febrero pasado a 57.000 jóvenes de entre 15 y 35 años, de los 27 países de la UE, además de Croacia, Islandia, Noruega y Turquía.

De este trabajo, se desprende que España se encuentra entre los seis países europeos con un mayor porcentaje de población joven que expresa su deseo de coger las maletas e iniciar una nueva etapa en otro país, bien sea para ampliar los estudios o para encontrar trabajo. Sólo son superados por los jóvenes de Islandia, Suecia, Bulgaria, Rumanía y Finlandia. En el lado opuesto, es decir, entre los europeos que menos deseo tienen de emigrar se encuentran los turcos (sólo el 28% quiere ir al extranjero), italianos (38%) y holandeses (44%).

Las causas que esgrimen para irse son las conocidas: el desempleo juvenil de sus países de origen, la falta de perspectivas vitales y la necesidad de ampliar conocimientos, incluidos los idiomas...¿Cuál es el perfil del que se plantea un futuro más allá de sus fronteras nacionales? Varones (56%), menores de 19 años (63%) y entre 30 y 35 años (42%), que viven en áreas urbanas (62%) y con estudios superiores (55%).

"La crisis ha hecho cambiar muchos conceptos. Uno de ellos es que ya no se busca un trabajo maravilloso para tener dinero, ahora sencillamente el fin es encontrar trabajo. Y, además. que el horizonte del mercado laboral ya no es tu propia ciudad o tu comunidad, sino Europa o el resto del mundo. Todo se ha globalizado", señala Eusebio Megías, director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y responsable de numerosos estudios sociológicos sobre la sociedad actual y la juventud.Un estudio realizado por la consultora PwC apunta que el porcentaje de jóvenes españoles que trabajará en el extranjero se incrementará en el 2050 en un 50% por efecto de la globalización del comercio, la tecnología, el capital y la regulación, que favorecen la movilidad.

El informe indica que entre los jóvenes nacidos a partir de 1980 el 82% ha expresado su deseo de trabajar fuera de España y un 70% se muestra convencido de que utilizará una lengua no nativa en el trabajo. La consultora prevé que a medio plazo el horizonte laboral se ampliará más allá de Europa. Así, estima que en los próximos 15 años, el 45% de las multinacionales se crearán en China e India.

PAUL M. SWEEZY- TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA


Paul Sweezy, descrito por el Wall Street Journal como «el "decano" de la economía radical», ha contribuido más que ninguna otra persona concreta a mantener viva la economía marxista en Norteamérica.2 Una sola obra habría bastado para ello: Teoría del desarrollo capitalista (publicada por primera vez en 1942). Es el libro al que acudíamos para conocer la teoría marxista durante las décadas de 1950 y 1960. Como declaró años más tarde Meghnad Desai (en la introducción a su propio texto sobre economía marxiana.

CAPÍTULO VIII: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS.“La crisis real puede explicarse sólo por el movimiento real de la producción capitalista de la competencia y el crédito”.






1. EL MÉTODO DE MARX:

A través del método abstracto-deductivo, Marx aceptaba y practicaba lo que los teóricos modernos han llamado el método de las aproximaciones sucesivas. Esto consiste en avanzar paso a paso de lo abstracto a lo concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación, de modo que la teoría pueda tomar en cuenta y explicar una esfera cada vez más vasta de fenómenos reales.


En cuanto a la abstracción, uno debe decidir que abstracción hacer y cuál no, de aquí surgen dos cuestiones: ¿Qué problema se examina? y ¿Cuáles son los elementos esenciales del problema? No existen 2 investigadores que manejen sus materiales de la misma forma.
Sweezy señala que Hegel afirma que durante el proceso del entendimiento científico, es de importancia distinguir y poner en relieve lo esencial en discrepancia con lo llamado no esencial. De esta forma, poner en relieve lo esencial y hacer posible su análisis, será la tarea específica de la abstracción. No hay que olvidar, que en la práctica se precisa formular hipótesis acerca de lo que es esencial, profundizar en éstas hipótesis y comprobar las conclusiones con los datos de la experiencia.
Marx, al aceptar la trayectoria de la Rhenische Zeitung, entró en contacto con nuevas ideas sociales provenientes de la ciencia del derecho y la filosofía, además de conectar con ideas socialistas y comunistas. De esta forma, se involucró al estudio intenso del socialismo y del comunismo, rompió con su pasado filosófico y alcanzó la madurez del punto de vista desde la cuál escribiría sus obras económicas posteriores, su actitud ante la economía política se formó y determinó mucho antes de que decidiera hacer los estudios económicos su principal ocupación. Para Marx, su principal preocupación, era la sociedad en su conjunto, y sobre todo el proceso del cambio social. Siendo de gran importancia la economía política, ya que en su esfera se encuentra el ímpetu del cambio social. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos, sino que intentaba buscar la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto social, desenmascarando así la ley económica del movimiento de la sociedad moderna.
Sweezy destaca también cómo Marx utiliza aquellos elementos del pensamiento de Hegel que hacían énfasis en el proceso y desarrollo a través del conflicto entre fuerzas opuestas y en cómo siguió con los conflictos históricos decisivos hasta sus raíces en el modo de producción, hasta descubrir lo que llamó conflictos de clase. De lo cual se desprende que las relaciones económicas esenciales son aquéllas que están debajo y se expresan en la forma de conflictos de clase. En cuanto a los factores de producción, Marx advirtió la tendencia a poner el acento principal en la tierra y la renta, considerándola descaminada. Para él es el capital la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa, la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina todo el carácter de este modo de producción. Por lo tanto, la sociedad conjunto se divide cada vez más en dos, la burguesía y el proletariado. Para Marx, esta relación debe ser el centro de la investigación y el poder de abstracción debe ser utilizado para poder analizarla. De esta forma, la adopción de esta actitud requiere un procedimiento que implica por lo menos dos pasos distintos. En primer lugar que todas las relaciones sociales hay que suponerlas provisionalmente alejadas, para reintroducirlas luego una a una, en una etapa ulterior. Y en segundo lugar que la relación capital-trabajo debe reducirse a las características y tendencias estructurales de toda la sociedad. Esta relación entre capital-trabajo, es una relación de cambio y todo lo que se destina al cambio es una mercancía.
En cuanto a la validez de las leyes o tendencias en el volumen I de “El Capital” de Marx es relativa al nivel de abstracción en el cual han sido derivadas y en la medida de las modificaciones que deban sufrir cuando el análisis se lleva a un nivel más concreto. Gran número de críticas hechas a la economía política de Marx, están basadas consciente o inconscientemente. En cuanto a los resultados obtenidos de esta abstracción, tienen un carácter provisional, por lo tanto su validez es relativa al nivel de abstracción en el cual han sido derivadas y en la medida de las modificaciones que deban sufrir cuando el análisis se lleva a un nivel más concreto. Una abstracción apropiada debe responder a estas tres cuestiones: ¿Están hechas con la debida consideración del problema que se estudia?, ¿Eliminan los elementos no esenciales del problema? y ¿Se abstienen de eliminar los elementos esenciales?


Marx analiza la realidad mediante un método básicamente histórico. Ya que para él, la realidad social no es el proceso de cambio inherente a un juego de relaciones determinado, es el proceso histórico. Los sistemas sociales como los individuos, recorren un ciclo de vida y abandonan la escena cuando las formas de desarrollo de las fuerzas productivas se convierten en su problema. Por lo tanto, el proceso del cambio social, no es puramente mecánico, sino que es el producto de la acción humana limitada en forma precisa por la clase de sociedad. Asimismo, del capitalismo se puede entender y criticar lo que pasa dentro del marco del sistema, pero no se puede entender ni evaluar lo que le pasa al sistema.

2. El CAPITALISMO Y LA CRISIS.

La forma de circulación M-D-M cambia en el sistema capitalista a D-M-D, el capitalista inicia su carrera con dinero, lanza este a la circulación a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción, finalmente después de cumplido un proceso de de producción reaparece en el mercado con mercancías q las transforma de nuevo en dinero, el capitalista devuelve constantemente el dinero a la circulación, el capitalismo es producción para obtener ganancia y es esto lo que explica por que el capitalismo es peculiarmente susceptible a las crisis y a la sobreproducción.
La pasión inextinguible de lucro guiara siempre al capitalista.
Ahora bien en lo que concierne a la posibilidad de la crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías y el capitalismo.
Cualquier interrupción en el proceso de circulación puede iniciar la sobreproducción.
La forma especifica de la crisis capitalista es una interrupción del proceso de la circulación provocada por un descenso en al tasa de la ganancia mas allá de su nivel ordinario.
  • DOS TIPOS DE CRISIS


La ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancias es apropiada la acumulación de capital lleva consigo una tendencia de la tasa de la ganancia a descender.
Si abandonamos la suposición de que todas las mercancías se venden en sus valores de equilibrio, aparece otra posible causa de descenso de lucratividad. El punto es obvio cuando el precio de mercado cae por debajo del valor y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en un número suficiente seria la crisis d realización.
Es importante advertir de la diferencia entre las crisis relacionadas con tendencia descendente de la tasa de la ganancia y la crisis de realización.
El punto de partida de la crisis es en ambos casos un descenso de la tasa de ganancia.


3. LA PRODUCCIÓN SIMPLE DE MERCANCIAS Y LAS CRISIS

Una moneda o medio de circulación bien aceptado y más o menos estable es un rasgo necesario de una sociedad que ha avanzado más allá de la etapa del trueque ocasional. Así , la función y el propósito del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes que, por la naturaleza misma del caso, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio. El uso de la moneda le permite al productor poder vender su producto cuando está terminado y comprar a su satisfacción lo que le hace falta. De este modo se ahorra mucho tiempo y resulta posible la verdadera especialización que es la base de la productividad incrementada. La organización de la producción por medio del cambio privado lleva consigo la posibilidad de una crisis, de una interrupción en el proceso de la circulación, que está condicionado por la separación de la compra y venta. Puede extenderse desde su punto de origen hasta afectar a toda la economía, apareciendo la crisis con existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender y sería una crisis de superproducción.


Las crisis son posibles pero más bien improbables, o accidentales, bajo la producción simple de mercancías.


4. EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO

Sweezy habla de la mercancía como todo lo que se produce más para el cambio que para uso del productor, por ello el estudio de las mercancías es el estudio de la relación económica del cambio. Por otro lado, el cambio, es anterior a la división del trabajo y causa de ella, la producción de mercancías es la forma inevitable de vida económica, aunque luego se contradice esta premisa, diciendo que la producción de mercancías es una forma histórica condicionada y que de ningún modo puede presentarse como manifestación directa del hombre.
En contraposición, para Adam Smith el origen de todo es el aumento en la productividad es la división del trabajo, siendo Smith incapaz de concebir la división del trabajo independientemente del cambio.
Para el autor, la forma universal e inevitable de la vida económica es la producción de mercancías, que tiene sus raíces en la naturaleza humana, siendo la ciencia económica es la ciencia de la producción de mercancías. Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero no se trata de ningún modo de la firme y rígida relación que describe Smith. Para Marx, los productos frutos del trabajo, sólo pueden convertirse en mercancías, los unos con relación a los otros, como fruto de diferentes clases de trabajo. Por eso los economistas deben dirigir su mirada al carácter de las relaciones sociales subyacentes en la forma de mercancía, las tareas de la economía políticas no son sólo cuantitativas sino también cualitativas.
Sweezy destaca que el valor de uso no da una mercancía ningún carácter peculiar, este valor expresa cierta relación entre el consumidor y el objeto consumido, sin embargo algunos piensan que éste estaba excluido por Marx en sus investigaciones ya que no daba cuerpo directamente a la relación social, pero el autor hace hincapié en que esto no es así, ya que este es un prerrequisito del consumo y Marx no lo excluyó de su estudio. Por otro lado, el valor de cambio es una forma exterior de la relación social entre los propietarios de mercancías, los productores individuales que trabajan aisladamente, en realidad trabajan los unos para los otros. Por así decirlo el cambio de mercancías es el cambio de productos del trabajo de productores individuales. Entonces, una mercancía es un valor de uso por su utilidad y un valor por que incluye la división del trabajo y producción privada.
Para Sweezy, dentro del valor de cambio, existe un valor que yace oculto. Por eso, el trabajo abstracto, representado por el valor de las mercancías, es un concepto importante en el pensamiento marxista, esta expresión equivale a lo que es común a toda actividad productiva. De esta forma, la reducción de todo trabajo a un común denominador, no es una abstracción arbitraria dictada por Marx, sino una abstracción que pertenece al propio capitalismo. Asimismo, en la sociedad capitalista, una porción dada del trabajo humano se provee de acuerdo con la demanda cambiante, es muy importante el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo, por que de ello dependen las potencialidades productivas de la sociedad. Entonces, las diferencias entre los distintos trabajos son de segunda importancia, la indiferencia hacia la clase particular de trabajo, corresponde a una forma de sociedad, en donde los individuos pasan fácilmente de una clase de trabajo a otra, por lo que el trabajo es una forma de crear riqueza.
Para el autor la reducción de todo trabajo a trabajo abstracto desvela las formas especiales que el trabajo puede adoptar, una suma de fuerza de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo a la necesidad social. Por ello, una mercancía tiene en común con todas las demás, en que absorbe una parte total de la fuerza de trabajo disponible en la sociedad.
En cuanto al análisis cualitativo Sweezy dirá que éste determinará tanto la significación básica, como las tareas principales de la teoría del valor cuantitativo. Entonces, Marx dirá que en el valor de cambio, está sólo la forma fenomenal bajo la cual se oculta el valor mismo. De esta manera, la magnitud del valor expresa la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo, la preocupación por las proporciones de cambio del trabajo ha hecho que se deje en segundo plano el carácter de las relaciones sociales. En cuanto a la producción de mercancías, Marx pensará en ésta como la relación básica entre los hombres adoptando la forma de una relación entre cosas y ésta materialización de las relaciones sociales será la base del Fetichismo. Ya que el carácter fetichista del mundo de las mercancías tiene su origen en el carácter social peculiar del trabajo que produce mercancías. De esta forma, los artículos de utilidad se convierten en mercancías sólo porque son productos de individuos privados o grupos de individuos que realizan su trabajo independiente, por ello, las relaciones entre el trabajo de individuos privados aparecen no como relaciones directas entre personas en su trabajo, sino como relaciones materiales de personas y relaciones sociales de cosas.
El autor deja claro que todo esto se tiene lugar bajo las condiciones de un capitalismo relativamente avanzado, señalando que en Europa Occidental durante los siglos XVII y XVIII, el productor individual trataba a su prójimo sólo a través del mercado, donde los seres humanos no son más que instrumentos, donde el proceso de producción tiene dominio sobre el hombre. Entonces se produjo un cambio de actitud que fue el reflejo del comienzo de la producción de mercancías, aun así existe una profunda creencia en el carácter impersonal y automático del orden económico, así como es característico del capitalismo, existe aún cierto prejuicio contra la acción social.
En cuanto a la materialización de las relaciones sociales, hay que señalar su profunda influencia en el pensamiento económico tradicional, ya que las categorías de la economía capitalista han sido consideradas como si fueran inevitables categorías de la vida económica general. Entonces, no se puede negar que algunos rasgos son comunes a todas las formas de economía social o sistemas económicos sociales. No obstante incluirlas todas éstas en un solo juego de categorías e ignorar sus diferencias específicas, sería como una negación de la historia.
No hay que olvidar que los únicos que se preocupan en poner al descubierto las relaciones sociales subyacentes en las formas de producción de mercancías son los críticos del orden social como Marx. En una sociedad capitalista, los individuos, como propietarios de mercancías, están en un plano de igualdad perfecta, sus relaciones mutuas no son las relaciones entre amo y siervo de un régimen de status personal, sino las relaciones contractuales entre seres humanos, libres e iguales. Sin embargo el obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por aquellos que tienen el monopolio de los medios de producción y que, por lo tanto está siendo explotado para beneficio de otros, igual como el siervo. Por el contrario, el mundo de las mercancías aparece como un mundo de iguales, donde el obrero vende su fuerza y mientras se le pague su verdadero valor, todas las condiciones están satisfechas, es decir se admite la apariencia como verdadera representación de las relaciones sociales.
Entonces, sólo se puede ver con claridad la verdadera estructura capitalista mediante un análisis crítico de la producción de mercancías, un análisis que penetre a través de las formas superficiales de hombre a hombre, donde. Esto hay que tenerlo muy en cuenta, debido a que la producción de mercancías ha ocultado el verdadero carácter de las relaciones sociales a las que da cuerpo, ha creado la racionalidad económica sin la cual un pleno desarrollo de las fuerzas productivas sería imposible. A pesar de esto, no se debe considerar el sistema como un todo planeado y racional, por que existe una creciente irracionalidad en su funcionamiento como un todo.
Para finalizar hay que apuntar que según Marx el capitalismo sería un sistema social que tiene dominio sobre el hombre, lo educa hasta un punto en que es capaz de controlar su propio destino, al mismo tiempo le impide advertir los medios de ejercer el poder que está a su alcance, y desvía de sus energías por cauces puramente destructivos.


5. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

El punto de partida, para Sweezy es que en toda sociedad, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad, entonces, lo que cambia en el curso de la historia es la forma de organizar y llevar a cabo estas actividades. La necesidad de distribuir el trabajo social en proporciones no puede ser eliminada por la forma particular de la producción social, sino que sólo cambia la forma que asume. Entonces, la forma que esta división proporcional del trabajo opera, se manifiesta en el cambio privado o valor de cambio de los productos. La tarea de la teoría del valor cualitativo fue descubrir las implicaciones de esta forma de producción, en términos de relaciones sociales y conciencia social, ya que el estudio del valor de cambio mismo es sólo el comienzo de la ciencia económica y no su objetivo último. Para Marx, existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo. De esta manera, en la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el socialmente necesario, es decir, necesario en las condiciones sociales existentes, con las condiciones normales de producción y con el grado de habilidad medio. Asimismo, el trabajo más cualificado que el trabajo simple, debe tener correlativamente una mayor capacidad de producir valor. Entonces, la relación entre ambos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición independientemente de los valores de mercado de sus productos, siendo el trabajador calificado más proeficiente por habilidad natural superior o por un entrenamiento superior. Ciñéndose a la regla de que la superioridad del más diestro se manifiesta independientemente de la línea de producción en que pueda ser empleado. Por otro lado, si la diferencia entre dos obreros es por cuestión de entrenamiento, es que el obrero emplea indirectamente una parte del trabajo de sus maestros y no sólo su propio trabajo. En la práctica, estas diferencias pueden ser el resultado de una combinación de diferencias en habilidad y entrenamiento. Marx hizo notar que las diferentes proporciones en que diferentes clases de trabajo se reducen a trabajo no calificado como su norma son establecidas por un proceso que tiene lugar a espaldas de los productores y por consecuencias, parecen ser fijadas por la costumbre.
En contraposición, los críticos de la teoría del valor de Marx, han sostenido que la reducción del trabajo calificado a trabajo simple implica el razonar en un círculo vicioso. Por ello, los talentos especializados no tienen gran importancia, en lo que se refiere a la vasta mayoría de los obreros productivos.
Para el autor siempre debe existir una relación de cambio estable entre los productos, porque si no se produciría un desequilibrio. Entonces, tanto la oferta como la demanda están equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla o a la inversa, se establecerán precios proporcionales a los tiempos de trabajo sólo en caso de que las fuerzas competidoras de la oferta y demanda puedan trabajar libremente, por lo tanto, la teoría de la determinación de los precios por la oferta y la demanda concurrentes, no sólo no contradice la teoría basada en el trabajo, sino que es parte de ella.
Entonces, La relación entre demanda y oferta, explica por una parte las desviaciones de los precios de mercado, y por otra, la tendencia a hacer fluctuar estas desviaciones, es decir a suspender el efecto de la relación de demanda y oferta. Entonces, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real, en el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente y cesan de actuar.
A Marx se le acusa de haber ignorado el papel de la demanda, este punto carece de importancia en la medida en que la discusión se limita a las proporciones del cambio en una sociedad de producción simple de mercancías, pero cuando se concibe para una forma más amplia de producción, ahí si es necesario conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, siendo necesario contar con dos clases de información: La información sobre el costo relativo en trabajo y la información sobre la intensidad relativa de la demanda de un trabajo u otro. Así, con esta información es posible determinar lo que puede llamarse equilibrio económico. Por ello el cargo que se le hace a Marx de ignorar la demanda no puede sostenerse con éxito.
En cuanto al valor de uso de las mercancías individuales, el autor apunta que depende de la necesidad particular que cada una satisface, en cambio, el valor de uso de la masa social de productos, depende de la medida en que satisface en cantidad, una necesidad social precisa de cada clase particular de producto. Por lo tanto, la necesidad social, es un factor determinante de la cantidad de trabajo social que deben suministrar las diferentes esferas particulares.
A la hora de examinar el reconocimiento que Marx hacía tan claramente a cerca del papel que juega la demanda en determinar la asignación del trabajo social, se plantean dos cuestiones ¿Por qué le dio un espacio tan breve dentro de su teoría? y ¿por qué no elaboró una teoría de la opción de los consumidores? Para responder a esto, hay dos razones, en primer lugar bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores, y en segundo lugar, está la cuestión básica de la distribución del ingreso, que a su vez es un reflejo de las relaciones de producción o estructura de clase de la sociedad. No hay que olvidar que la demanda social está esencialmente condicionada por las relaciones mutuas de las distintas clases económicas y sus posiciones económicas relativas, es decir primero por la proporción entre la plusvalía total y los salarios, y segundo por la división de la plusvalía en sus diversas partes. La cantidad de estas necesidades es muy elástica y cambiante, aunque pueda parecer que del lado de la demanda existiese una magnitud precisa de necesidades sociales.
Para Marx los gustos de los consumidores (aunque no los considera del todo relevantes) juegan un papel importante a la hora de determinar la asignación de los esfuerzos productivos. Esto se debe a que pensaba que las necesidades, en medida en que no surgen de requerimientos biológicos elementales, son un reflejo del desarrollo técnico y organizacional de las sociedades. Por eso no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario su existencia social determina su conciencia. Asimismo, todo cambio en los gustos de los consumidores es incidental a la acción de los productores y suscitado por ella.
Sweezy dirá que en cuanto a la ley del valor de Marx resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula, siendo éstas: las proporciones del cambio de mercancías, la cantidad producida de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción. Entonces, una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el cambio entre ellos sería la condición básica para la existencia de una ley del valor. Siendo esta última esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencias a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo. De tal forma que en una sociedad productora de mercancías, no simplemente existe el caos sino que también el orden.
En relación a la ley interna del mercado Sweezy dirá que se cumple meramente por medio de la competencia entre los productores, por la presión mutua de uno sobre el otro, mediante la cual se equilibran las diferentes desviaciones. Entonces, la ley del valor ejerce aquí su influencia, manteniendo el equilibrio social de la producción entre las fluctuaciones accidentales. De esta manera, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia, el principio de planeación le sustituye, en la economía política de una sociedad socialista la teoría de la planeación debiera ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. Entonces, el precio según Marx, es tan sólo la expresión monetaria del valor, no obstante en su obra, aparece luego el término precio de producción, que es distinto al precio en sí, este término se refiera a las modificaciones de los valores.
El autor aclarará que a la hora de hablar de precio de monopolio, queremos decir en sentido general un precio determinado sólo por el deseo de adquirir de los compradores y por su solvencia, independientemente del precio, que es determinado por el precio de producción general y por el valor del producto. Por lo tanto, la demanda adquiere una significación especial, ya que el control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Por otro lado el autor señala que las relaciones de valor cuantitativamente son perturbadas por el monopolio, las relaciones del valor cualitativo. Es decir el monopolio no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías, ni cambia la conmensurabilidad esencial de las mercancías. Entonces podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, aún bajo condiciones de monopolio.

6. PLUSVALÍA Y CAPITALISMO:

En este capítulo, el autor comenzará explicando el concepto de capitalismo y todo aquello que le es necesario para que pueda llevarse a cabo, el desarrollo de la producción de mercancías.
Es importante señalar la distinción entre producción de mercancías y capitalismo, puesto que, aunque el capitalismo se base esencialmente en ello, no toda la producción de mercancías implica necesariamente el capitalismo. La diferencia principal del capitalismo se basa en la compra y venta de la fuerza de trabajo, basándose por ello en continuas relaciones de cambio, como bien expuso Marx, se trata de una nueva época en el proceso de producción social. Y es que, en el capitalismo tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo son mercancías, por lo que poseen valor de cambio.
A lo largo de la historia se han producido diversos cambios ya que la producción simple de mercancías consistía en cambiar mercancía por dinero y este a su vez por nuevas mercancías que satisfacían las necesidades nuevamente generadas (M-D-M); sin embargo, en el capitalismo se cambia dinero por mercancía y esta a su vez por dinero (D-M-D), el dinero es el principio y el fin.
Pero hay que señalar que el valor del primer dinero es totalmente distinto al obtenido tras la venta de la mercancía, por lo que hay que diferenciarlos. Al primer “dinero” se le denomina D y al segundo D´, siendo ésta última D´ de mayor valor que la primera, pues el objetivo de dicho cambio es la obtención de una continua acumulación (de riqueza). A esta diferencia es lo que Marx llama plusvalía.
Sin embargo, algunos economistas ortodoxos mantiene que, la adquisición de plusvalía como incentivo de la producción proviene de una característica innata de la naturaleza humana, el llamado “móvil de la ganancia”, siendo no el sistema capitalista, si no el ser humano el que, con continuas ansias de poder, ha fomentado el concepto y desarrollo de “plusvalía”.
Para conocer el origen de la plusvalía, según Marx, es necesario analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo, siendo ésta el trabajo mismo. El capitalista compra la fuerza del trabajo del obrero, es decir, al obrero mismo, quien durante un periodo de horas laborales acordado previamente, recibirá un salario (suma correspondiente al valor de los medios de subsistencia del obrero), a cambio de realizar el trabajo que le sea impuesto.
Dichas horas laborales, traducidas en la jornada de trabajo del obrero, puede dividirse en dos partes; el trabajo necesario y el trabajo excedente. El trabajo necesario es aquel que el obrero intercambia para compensar sus medios de subsistencia, es decir, es el que obtiene el obrero a modo de salario; mientras que el trabajo excedente es aquel que se da una vez cumplido el trabajo necesario, convirtiéndose en plusvalía, y siendo un beneficio perteneciente al capitalista.
En cuanto al valor total de cualquier mercancía, este está compuesto por tres partes; el capital constante (c) que es aquel que no cambia, representando el valor de la maquinaria y de los materiales utilizados; el capital variable (v) que es aquel que cambia, dependiendo del valor de la fuerza de trabajo; y por último la plusvalía (p), obteniendo con todo ello, como ya hemos dicho, el valor total de una mercancía. Este valor total equivale a las entradas brutas por ventas, el capital constante al desembolso en materiales más depreciación, el capital variable al desembolso en sueldos y salarios, y la plusvalía al ingreso disponible, tras todas estas operaciones, para su distribución como interés y dividendos o para su reinversión en el negocio.
La tasa de plusvalía (p´) es la porción de la plusvalía (p) con respecto al capital variable (v). Según Marx esta tasa es sólo propia de las sociedades capitalistas.
La tasa de explotación es la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. Esta tasa, en cambio, es propia de cualquier sociedad.
La magnitud de la tasa de plusvalía está determinada por tres factores: la duración de la jornada de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.
En cuanto a la plusvalía hay que distinguir dos tipos: la plusvalía absoluta, aquella que se obtiene de aumentar las horas de trabajo del obrero y la plusvalía relativa, que es aquella que se puede obtener por dos vías, o bien disminuyendo el salario del obrero o bien haciéndole aumentar su productividad.
Lo que Marx llama composición orgánica de capital se deriva de la fórmula del valor total. La composición orgánica de capital (o) es la proporción del capital con respecto al capital total. Aquí, el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.
El punto seis del capítulo trata sobre la tasa de ganancia (g), es decir, la proporción de la plusvalía (p) con respecto al desembolso total de capital (c+v). Para explicar mejor la teoría, Marx supone que todo capital tiene un idéntico período de rotación de un año, ya que en la práctica el total de inversión no es generalmente igual que el capital empleado durante un año, ya que el tiempo de rotación de los distintos elementos de la inversión total varía de forma notable.
También se supone que la tasa de ganancia es igual tanto en las industrias como en las empresas. Si tanto las tasas de plusvalía como las tasas de ganancia son iguales en todas partes, se entiende entonces que, si el cambio de mercancías debe realizarse de acuerdo con la ley del valor, la composición orgánica del capital debe ser igual en todas partes.


7.LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.

El capítulo comienza describiendo una teórica situación económica estable y sin acumulación de capital, llamada “Reproducción Simple”. La producción se divide en dos amplias categorías: producción de medios de producción y producción de artículos de consumo, y estos últimos, en otras dos categorías (artículos necesarios para la vida y artículos de lujo). Esto es la oferta total de mercancías. Por otro lado, los ingresos están formados por tres categorías: ingresos que el empresario deberá invertir en medios de producción, plusvalía y el salario. Esto se considera la demanda de mercancías. Para que este sistema sea estable, el capital constante usado debe ser igual a la producción total de la rama de bienes de producción, por lo que el capital usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Ambas ramas deben interaccionar entre ellas para equilibrar la balanza, cuando el capital variable y las plusvalías de la primera rama sean iguales al capital constante de la segunda, estableciéndose un equilibrio entre la suma de la oferta y la demanda.
Pero la realidad es bien distinta, y el empresario que gasta todos sus ingresos se convierte en la realidad en un empresario que acumula capital. El capital que acumula lo reinvierte para obtener más plusvalía, volver a invertirlo y así sucesivamente… A este modelo se le llama “Reproducción Ampliada”. El éxito en la sociedad capitalista consiste en aumentar el capital propio. En contraste con la “Reproducción Simple”, mostrando la interrelación entre la oferta y la demanda cuando la acumulación es tomada en cuenta, es decir, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, sino que ésta se divide en tres partes: una que consumen los capitalistas, otra que se agrega al capital constante y otra que se suma al capital variable. En consecuencia, la acumulación conlleva a un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. El aumento de demanda implica un aumento en el precio de la mercancía, lo que produce una desviación del precio respecto del valor. Si en el primer caso la fuerza de trabajo se vende en su valor, ahora ya no hay igualdad entre fuerza de trabajo y salarios.
Marx introduce en concepto de “ejército de reserva” o “población excedente relativa” para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante hacia abajo, en el nivel de salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas, para reducir el salario. Por tanto, gran parte de este sector está formado por los que han sido desplazados por las máquinas.
Un estallido de acumulación de capital puede ser el resultado de una apertura de un nuevo mercado o de una nueva industria. Es en estos casos cuando el ejército de reserva se vacía y desaparece el obstáculo que frena el alza de los salarios. Pero en cada período de crisis, eliminación de trabajo… se vuelve a reconstruir el ejército.
Según las teorías clásicas, los salarios se regulan según factores externos al sistema (población). A estas teorías, Marx incluye el empleo industrial y al ejército de reserva. Lo que en definitiva viene a explicarnos Sweezy en este capítulo, es que según Marx, el ejército de reserva es formado mediante las innovaciones tecnológicas para economizar trabajo, y gracias a este, puede sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene. Además, a este respecto Sweezy destaca la idea errónea de suponer que la acumulación o bien la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo marche a un paso igual, como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.


8. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA.

Paul M. Sweezy presenta en este capítulo la Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia que formuló Marx.
La formulación de la ley por Marx.
La acumulación del capital va acompañada por una mecanización progresiva del proceso de producción. La misma cantidad de trabajo, con un equipo más perfeccionado y eficiente, puede rendir más y generar un aumento de los beneficios. Esto quiere decir que la productividad del trabajo crece de forma continuada. Y es que, para Marx, la tasa de ganancia es la fuerza impulsora de la producción capitalista. O dicho de otra forma, la composición orgánica del capital crece también sostenidamente. De ahí derivó Marx su “Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
De este modo, si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital. Pero esto puede ser una mera tendencia, puesto que los cambios son imprevisibles y pueden balancear o modificar los efectos sobre los mismos.
Existirán ciertos obstáculos internos opuestos al desarrollo de la producción capitalista, como expuso Marx, una composición orgánica ascendente del capital expresa la creciente productividad del trabajo; y la tasa descendente de la ganancia que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.
Las causas contrarrestantes.
Marx se centra en cinco de las seis causas que contrarrestan y anulan la “Ley general de la tasa descendente de la ganancia” (quedando esta en una mera tendencia):
1ª. Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante. El uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.
2ª. Aumento de la Intensidad de Explotación. Se trata de producir más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.
3ª. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Esto está determinado más por el mercado que por la voluntad de los capitalistas.
4ª. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.
5ª. Comercio exterior. Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.
Una crítica de la ley.
Como se ha expuesto, las fuerzas actuantes sobre la tasa de ganancia puede resolverse mediante una fórmula, la cual contiene dos variables, por un lado la propia tasa de ganancia, y por otro, la composición orgánica del capital. Hay que tener en cuenta que una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Y la productividad ascendente tiende a llevar consigo una tasa más alta de la plusvalía. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento de la productividad del trabajo.
De tal modo concluimos que una productividad creciente del trabajo va ligada a un abaratamiento del trabajador y por consiguiente una tasa más alta de plusvalía, inclusive cuando los salarios reales se elevan, ya que estos nunca suben proporcionalmente a la fuerza de trabajo productiva. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo. De este modo, Marx expone que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía, y es que, el proceso capitalista de producción es esencialmente un proceso de acumulación. De esto se deduce la tendencia persistente de la tasa de ganancia a descender. Pero los capitalistas, a través de distintos medios, como la innovación tecnológica o los procesos globalizadores, procuran mantener la tasa de ganancia anterior, e incluso, elevarla. El aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía y a acrecentar el volumen de plusvalía.
Sin embargo, no hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital sean relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de la plusvalía y que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de la ganancia. Por esta razón, la formulación de la ley de la tendencia descendente de la ganancia formulada por Marx no es muy convincente, y así lo deja expuesto el autor de la obra a la que nos venimos refiriendo, considerándolo como un hecho insostenible. Esto no quiere decir que no exista una tendencia de la tasa de la ganancia a descender como un rasgo básico del capitalismo, como ya apuntaban otros autores clásicos además de Marx. Una cosa parece segura, y es que el aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía, y así, a acrecentar el volumen de la plusvalía mas allá de lo que este hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.
Es importante destacar también la existencia de otras fuerzas, además de las mencionadas hasta ahora, que son significativas a este respecto. Tales fuerzas pueden ser clasificadas en aquellas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia y aquellas que tienden a elevarla.
Fuerzas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia:
- Los sindicatos. Los trabajadores en reserva son el principal obstáculo para los trabajadores que quieren beneficiarse del desarrollo industrial, por eso se organizan en sindicatos.
- La acción del estado en beneficio de los trabajadores. Leyes que benefician a los trabajadores, e igualmente a los sindicatos ayudan a la depresión de la tasa de la ganancia.
Fuerzas tendientes a elevar la tasa de la ganancia:

- Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo, ejerciendo una influencia ascendente en la tasa de la ganancia.
- Exportación del capital. Sirve para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico e impide la depresión sobre la tasa de la ganancia.

- Formación de monopolios. los capitalistas lo crean para aumentar su tasa de ganancia
- Acción del estado en beneficio del capital. Tienen el efecto de elevar la tasa de la ganancia general.


9. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

En este capítulo Marx nos habla de las crisis económicas. Para empezar, explica una transición de las formas de transacción del trueque M-M (Mercancía contra Mercancía), a una forma de cambio M-D-M (Mercancía contra dinero y dinero contra mercancía), en las nuevas condiciones de una economía desarrollada. Con la aparición de la moneda, le permite al productor vender su producto cuando éste terminado y con el dinero puede hacer lo que a el le plazca. De este modo se ahorra mucho tiempo y ayuda a la especialización, que es la base de la productividad incrementada.
Ahora bien, este medio de cambio privado introduce la posibilidad de crisis de una índole nunca sospechada en una economía simple, en la que el trabajo estuviera organizado y los productos fuesen compartidos bajo la dirección de una sola autoridad. Si falla un comprador-vendedor, se produce una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. La consecuencia es que coinciden existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender y se ha dado pues, una crisis de sobreproducción. Pero la sobreproducción no es la causa de la crisis, sino el resultado de ella. Hay que buscar las causas en la interrupción de la cadena compra-venta.
Los economistas clásicos fueron incapaces de distinguir entre la producción simple de mercancías y la producción capitalista, y así se aplicaron erróneamente teorías. La ley de Say sostiene que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción. Y es por esto que se tiene la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son imposibles en ambos tipos de producción. Marx rechaza esta idea afirmando que en la cadena de compra-venta, uno no está obligado a comprar solo por el hecho de haber vendido. Aquí se produciría la interrupción de la cadena M-D-M y el posible origen de una crisis. La venta y la compra están separadas en el tiempo y en el espacio. El dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas: la venta y la compra. Por esto mismo, porque son dos procesos, uno puede fallar y así se interrumpe la cadena y se puede dar la crisis.
La forma de circulación M-D-M, que es la característica, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D. En el primero, es decir, en la producción simple de mercancías, el propósito de cambio es el valor de uso y no el aumento del valor de cambio, es producción para el consumo. Sin embargo en la segunda forma, tanto la “D” del principio como la “D” del final representan valor de cambio, y el objetivo es incrementar ese valor. Esto es lo que se quiere decir cuando se dice que el capitalismo es producción para obtener ganancia. Pero esto no significa que el modelo de circulación M-D-M deje de existir, ya que la gran mayoría de los trabajadores, la circulación será esta, con todo lo que ello implica (aumento de valor de uso). A este respecto, es erróneo pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia.
En cuanto a la relación entre D-M-D y el problema de la crisis., hay que saber en primer lugar que el interés del capitalista es elevar la tasa de ganancia (volumen del incremento de “D”, con relación a la magnitud de su capital original). Ahora bien, en lo que se refiere a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías (la relativa al M-D-M) y el capitalismo (D-M-D). Las irrupciones de compra-venta, afectan al proceso en los dos casos. La diferencia está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso en dicha tasa y que los capitalistas reduzcan sus operaciones lo bastante como para producir una crisis. En estos momentos, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir capital a la circulación o conservarlo, aunque pronto tendrá que reinvertirlo para continuar siendo un capitalista. Lo que ocurre es que ese aplazamiento del capital habrá producido ya una interrupción y provocado seguramente la sobreproducción y la crisis. Por tanto, no es verdad que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para producir una crisis; sólo con el descenso de ella puede ser suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.
Hay dos tipos de crisis: las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia y la crisis de realización (realización de valor). Desde el punto de vista del análisis causal, los dos tipos de crisis plantean problemas diversos. En un caso tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor; y en el otro, tenemos que ver con fuerzas todavía no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para comprarlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria. El punto de partida de la crisis es en ambos casos un descenso en la tasa de la ganancia; pero lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en un caso, requiere un análisis muy diferente del que requiere lo que está detrás del descenso en la tasa de ganancia en el otro.