sábado


De fuera vendrán y de tu casa te echarán

Movimiento 15-Octubre 2011

Quizás fuera una oportunidad propiciada por el  azar o quizás estuviera premeditado, pero eran escasos los metros que separaban al Hotel Madrid de un centenar de “indignados” que encauzaban en la noche del 15-O, sus pasos con un objetivo claro: la ocupación.  Con el pretexto de “uso social” deciden irrumpir en el edificio, que ensordecido por el vacío y el silencio los recibe. A lo largo de sus cinco plantas compuestas por habitaciones totalmente equipadas comienzan a abrirse paso, convencidos de que hacen lo humanamente correcto. Las cocinas, cafeterías y salas multiusos que hasta ahora permanecían aletargadas por el sueño del desuso, harán de hogar para familias que han sido desahuciadas y que no cuentan con recursos económicos. A la vez que se van llenando los espacios vacíos del Hotel va surgiendo la polémica y nos topamos de bruces con dos temas que hacen las delicias mediáticas, el criminalizado movimiento okupa y la santificada vivienda en propiedad.


Para cualquier familia, su vivienda es el bien más preciado con el que cuenta y posiblemente no existe mayor drama que ser desahuciado. He aquí el epicentro que genera el conflicto: la confusión entre “derecho a una vivienda” y “derecho a la propiedad de una vivienda”. Al españolito de a pie se le confundió durante años, la burbuja inmobiliaria y los excesos bancarios lo engulleron en préstamos de más de 50 años y todo porque tenía derecho a su propia vivienda o más bien la vivienda del banco. La “mano negra” de la crisis inmobiliaria se ceba con los más débiles y la ley del libre mercado mueve los hilos de la crisis económica, carente de sentimientos y juicios de valor. El movimiento 15M puede hallar en este acontecimiento la clave para cambiar la mentalidad “del pueblo”. El movimiento okupa ha sido visto siempre como el que usurpa lo que no es suyo y criminalizado por la sociedad. Pero, ¿hasta qué punto es moralmente justa su actuación?. La moralidad tiene diferentes varas de medir, solo hay que saber cual escoger. La capitalista, banquera y del libre mercado o la de los Okupas. En cualquier caso, viene bien recordar a Rousseau que ya nos hablaba de las  desigualdades entre los hombres “tal es, en efecto, la causa de todas estas diferencias: el salvaje vive para sí mismo; el hombre social, siempre fuera de sí, no sabe vivir más que en la opinión de los demás; y de ese único juicio deduce el sentimiento de su propia existencia.”

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